La lección de Toto: Amar sin apego
Rescatar un perrito de la calle es una experiencia hermosa, enriquecedora, y sin duda, un paso adelante en el crecimiento personal de quien lo hace.
Asumir la responsabilidad por un ser que viene cargado de sus propias experiencias, es incluso, un reto.
Toto es un alma libre, y mi gran lección en este proceso, será aceptarlo. Desprenderme de mi ego, de mi instinto sobre protector, de querer controlarlo todo, entender que se puede amar, sin apego… a eso ha llegado Toto a mi vida.
Ya son varias las oportunidades en que Toto se aleja de mi vista, y yo tiemblo. Cuando Toto decide que es hora de explorar, sólo voltea y me mira por unos segundos, como avisándome que estará ocupado, que necesita un poco de espacio, que no me preocupe, que el se sabe cuidar, que pronto volverá…
Yo me encuentro que no se como lidiar con eso. Toda mi vida he tenido mascotas que han crecido conmigo, bajo mi brazo protector, mis ojos vigilantes, mi olfato de madre canina, mi control absoluto. Ahora debo soltar. Porque ahora a entrado a mi vida un perro adulto, con un pasado, y con una personalidad muy definida.
Toto es rebelde y libre. Le encanta hacer amigos nuevos. Le encanta estar rodeado de gente. ¡Toto es mi antítesis!. Toto ha llegado para cambiarme, para enseñarme a confiar, a soltar, a ser más sociable, pero sobre todo, a enseñarme que se puede amar sin apegos, y que ese, es el mas sano, profundo, pleno y completo, Amor.
El apego, es ego. Los animales, no conocen el ego. Nuestras mascotas sólo entienden de amor, y su filosofía de vida es única y simple: Estar presentes.
Al ego le gusta que las cosas sean como uno desea, que el mundo se ordene milimétricamente de acuerdo a sus perspectivas, a su concepción personal de lo que está bien y lo que está mal. No le gusta lo imprevisto, ni lo espontáneo, las reacciones que escapan a su control y que expresan voluntad propia.
Amar sin apego, es amar de forma consciente. Es amar sin dominar ni poseer. El amor consciente ofrece alas, y al mismo tiempo raíces fuertes… y Toto está aquí para enseñármelo.