Regresar a los lugares que uno ama es maravilloso, reencontrarse con las personas, los lugares y los animales que uno lleva en el corazón, no tiene precio; pero a pesar de que los reencuentros son hermosos y traen felicidad, algunos de ellos traen también tristeza.

Sabemos que nuestro paso por este “plano” es limitado, pero cuando sabemos que pronto despediremos a un ser amado, es inevitable la tristeza. En el caso de nuestras amadas mascotas, quienes tienen una existencia muy corta, y quienes nos entregan el Amor más puro e incondicional que pueda existir, el dolor de perderlas es casi indescriptible.

Hace poco perdi a mi compañerita, como todos saben, y por eso se de lo que hablo, y se que la mayoría de ustedes lo saben también.

Mi reencuentro con Bob también fue amoroso y alegre, pero encontrarlo con un mal estado de salud me entristeció. Su familia humana le entrega un amor tierno y compasivo. Lo adoran, y saben que pronto partirá.

Les presento al amoroso y noble Bob, y este es su Tributo.