Lola sabe…
En mi vida ha habido momentos claves, de cambios profundos, transformación, dolor, dicha, encuentros y descubrimientos. En cada uno de esos momentos críticos, la Vida, Dios, el Universo, esa energía amorosa, compasiva, viva e infinita que nos abraza constantemente, ha tenido la generosidad de enviarme un “guardián”. Un ser vivo evolucionado, un guía, un protector, un sanador, un maestro… todo en uno, en el cuerpo de un Animal.
En esta ocasión, la designada es Lola, quien ha tomado muy en serio su labor; quien comparte o ha compartido su vida con un gato, sabe a que me refiero. Los gatos son seres increíblemente místicos, mágicos, asombrosos, sabios. Lola todas las mañanas me sana el alma con sus masajes, su ronroneo tiene el mismo efecto que cualquier antiinflamatorio, antidepresivo, antialérgico, y anti cualquier cosa negativa que pueda existir. En las tardes me acompaña mientras leo o tomo un café, siempre muy cerca de mi, pero lo suficiente para que cada una sienta que tiene su propio espacio. Su mirada profunda me reconforta, me dice tantas cosas… pero sobre todo, me alienta a seguir adelante, a creer en mi, a confiar.
Lola me habla, si, como lo hace cualquier otro animal, la diferencia, es que Lola conoce muy bien su cometido, y sabe lo importante que es para mi en este momento. Ella sabe que es mi apoyo, que es mi “Ángel”. Lola sabe.
Les presento a Lola…
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